Las visualizaciones hacen que los jóvenes conecten con su fuerza interior y vivan emociones muy empoderantes

«Iba volando, me daba el viento en la cara y el sol reflejaba un color naranja. Es como si me hubiera quitado la tensión de todos estos años. He notado como si se me abriera el cuerpo, me has hecho magia. Nunca he sentido nada parecido. Me siento totalmente relajada y con mucha alegría.»

Estas son las palabras de un joven después de hacerle  la visualización «conecta con tu fuerza interior»

En los procesos de Coaching , siempre dedico una sesión de Coaching a hacer una visualización para que conecten con su fuerza interior. Esta visualización consta de una parte de mindfulness para conectar con el cuerpo. El cuerpo, es la entrada hacia nuestro interior. Cuando conectamos con el cuerpo, la mente se para, y los miedos desaparecen.

Cuando la mente se para, es cuando cuando podemos conectar con nuestro interior y descubrir ese maravilloso y mágico mundo. Ir más allá de nosotros mismos y tener conexiones cuánticas.

Durante toda la visualización les guío con diferentes músicas de fondo para que experimenten emociones positivas de empoderamiento. Ellos sólo tienen que cerrar los ojos y dejarse llevar.

Después del mindfulness, se transporten al espacio exterior y sienten la ingravidez: No hacer nada, sólo dejarse llevar. Cuando vuelven a la tierra, lo hacen en 5 o 10 años más tarde. Aterrizan en algún lugar donde les ha llevado su imaginación y conocen a su yo futuro que es su mejor versión. Se encuentran y tienen una conversación en donde conocen los pasos y la energía del su yo futuro.

Realmente es un viaje apasionante del que se llevan muchas emociones nuevas. Las emociones que nos embargan no las podemos elegir, pero si podemos crear emociones positivas que nos empoderen y nos ayuden a gestionar problemas o estados de ánimo bajos.

El cerebro no tiene ojos. Si imaginamos una situación determinada, nuestro sistema endocrino se pone a segregar hormonas en dependencia de ese estado.

En la física de Newton todo era medible y determinado. Ahora con la física cuántica, todo depende del observador.

Yo hago todo el proceso con ellos, menos la visualización que les dejo solos y puedo sentir la energía que co-creamos entre los dos, que la mayoría de veces suele ser maravillosa.