Si quieres tener un buen vínculo afectivo con tu hijo, muéstrate tal como eres
Muchos padres ocultan cuando se sienten mal porque piensan que así pueden evitar sufrimiento al hijo. No comparten cuando se sienten mal, y no se permiten mostrar emociones. Permanecen escondidos detrás de una máscara para proteger a sus hijos.
En las sesiones de Coaching familiares, he visto muchos padres derrumbarse delante de su hijo por conflictos en las relaciones, o simplemente deshacerse de la máscara hablando de cómo se sentía ante un determinado problema, y he podido comprobar cómo paulatinamente el joven iba cambiando de actitud y cambiando su postura corporal y abriéndose a su progenitor, mostrando un interés totalmente nuevo.
Los jóvenes necesitan vernos como somos, con nuestras cualidades, defectos, anhelos y miedos. Tienen que saber qué somos humanos, que sentimos, que ellos también nos pueden ayudar.
Al no mostrar emociones lo único que conseguimos es que el joven no conozca de verdad a sus padres. No tome conciencia de que los padres también tienen unas necesidades fisiológicas y emocionales. De esta forma, podrían convertirse en padres sobre-protectores, impidiendo sin querer, desarrollar la responsabilidad y conciencia del joven.
Además, tenemos que tener en cuenta que la vulnerabilidad puede ser una puerta directa a la conexión. Si mantenemos una máscara en casa, le podemos hacer inmunes a nuestras emociones y sufrimiento.
He visto en las sesiones de Coaching, jóvenes muy sobre-protegidos que ante las lágrimas o el sufrimiento de un padre o madre, no sólo no han mostrado la menor empatía sino qué les han recriminado que se emociones, criticando duramente.
Es difícil crear vínculos afectivos interesantes si los padres no nos atrevemos a mostrarnos. De ser a ser, de esencia a esencia, está garantizada tener una relación plena. Si no nos mostramos auténticos, es difícil que confíen en nosotros y que se sientan seguros.