Cuando escuchamos a nuestro hijo adolescente decir esta frase: ¡Mamá! ¡Hoy salgo!¿Vale???. Sabemos que no va a ir al cine, ni tampoco a ver a un amigo. Sabemos que va a salir de noche a discotecas y sentimos preocupación, porque tememos los riesgos a los que se pueden tener que enfrentar.
¿Qué es lo que podemos hacer? Por supuesto cada familia tendrá sus diferentes criterios sobre dejar salir a sus hijos. Todo hay que pactarlo, rigurosamente de acuerdo con las ideas y los valores de la familia. La solución no es prohibir al adolescente salir de noche , ya que cuando lo haga, será como haber destapado una olla a presión. La solución pasa por prevenir y dedicar tiempo a construir las relaciones para crear una confianza mutua.
Enseñarles a ser responsables y a tomar decisiones desde pequeños. Dejándoles más libertad a medida que van desarrollándose para que tengan criterio y valores a la hora de relacionarse con el mundo de la noche.
La clave está en la comunicación entre padres e hijos. Si hay buena comunicación, se crearán vínculos afectivos sólidos y habrá confianza, diálogo y respeto. La confianza depende de la calidad de la comunicación. Hay que dedicar tiempo a construir las relaciones día a día. Ser su cómplice y poder vivir de cerca los procesos de cambio y de transformación de ésta apasionante etapa de la vida. Los padres somos los líderes de la familia y los mejores líderes son aquellos a los que se les sigue.
Liderar a nuestros hijos desde el amor y la alegría. Ver a nuestro hijo como un igual, ya que estamos aprendiendo juntos aunque estemos en diferentes etapas de la vida. Y no sólo cuenta lo que decimos, sino el cómo lo decimos, nuestra actitud. Si le damos reconocimiento sólo porque es nuestro hijo, sin sentirlo, no se lo creerá. La comunicación fluye cuando le escuchamos sintiendo lo que dice, cuando le reconocemos y nos emocionamos ante sus avances. Aprendemos de él y reconocemos que también nos equivocamos. Si conseguimos tener una relación de confianza y complicidad con nuestros hijos adolescentes, y además son responsables, las salidas nocturnas no nos quitarán el sueño, ya que confiaremos en su criterio para poner los límites correctos cuando salga.