¿Cómo conseguir que nuestros hijos tenga buen rendimiento en sus estudios?
Los adolescentes/jóvenes estudian cuando se sienten motivados. Para que se sientan motivados tienen que saber cuáles son los objetivos para este curso escolar o universitario recién empezado. ¿Qué tipo de resultados buscan? ¿Aprobar o sobresalir? ¿Que les aportará el sacar ese resultado que buscan? ¿Que valor honran si lo consiguen? y ¿Cómo se sentirán si lo consiguen? Es importante hablarlo y que ellos decidan que quieren hacer. Se trata de hacerles partícipes y de que no estudien porque si, sino porque ellos lo han elegido. Es una decisión para tomar una determinada dirección y conseguir, quienes quieren ser. Cuando saben lo que quieren suelen ir a por ello y estudian.
Cuando saben para que van a estudiar hay que preguntarles ¿Cuanto y cómo se van a comprometer para obtener el resultado deseado? Si quieren tener un resultado por ejemplo de notable, cuantas horas necesitará estudiar al día para sacar ese resultado y si lo va a hacer. Sobre todo que sepan que es su responsabilidad y que es su vida que dependerá de sus decisiones y actos.
Cuando les veamos estudiar hay que animarles, reconocerles las horas, la concentración, las notas, lo organizados que son…cualquier cosa que hagan bien, hay que celebrarlo, es la forma de que ellos sepan por donde tienen que ir y de apoyarlos. En segundo de bachillerato mi hijo estudiaba mucho, a veces lo veía exhausto ya que tenía un examen tras otro junto con el trabajos de investigación, pruebas de acceso a la universidad… Cuando me lo encontraba por el pasillo le abrazaba, le animaba y le reconocía su esfuerzo, todo ello fomentaba su autoestima.
La disciplina y la organización son dos pilares para poder conseguir objetivos y luchar contra las adversidades que puedan surgir en la vida y llevar una vida plena conforme a nuestro valores. Estar sentado en el sofá comiendo chocolate o con cualquier otra actividad pasiva, no es buena, a nuestra alma no le gusta eso, nuestra alma necesita crecer y evolucionar para sentirse plena y feliz, con lo cuál hay que saber postergar el placer y perseverar para conseguir metas más ambiciosas.