Cuarto pilar: sé un ejemplo para tu hij@

La academia para padres de hij@s de adolescentes es un espacio on line para dar soporte y herramientas a los padres para educar a sus hij@s adolescentes. El material de la academia está basado en habilidades de liderazgo, en herramientas de coaching y en la experiencia como coach especializada en familias y adolescentes. Y por supuesto en mi experiencia como madre de dos hij@s. Los cuatro pilares sobre los que construir las relaciones para que tu hijo adolescente sea feliz y cumpla con las responsabilidades de su edad.

Einstein dijo que dar ejemplo no es la principal manera de influir en los demás; es la única. La forma más ecológica y eficaz de educar a nuestros hij@s es dando ejemplo. Los padres somos un referente para ellos y deberían ver en nosotros a alguien a quien poder seguir, a quien poder imitar, y en quien poder confiar.

No podemos exigirles cosas que nosotros no hacemos. Si quieres que tu hij@ lea, lee tú. Si quieres que tu hij@ sea honesto, se honesto tú. Si quieres que no grite, no grites tú.

Hay que tener en cuenta que es más importante el lenguaje no verbal que lo que se dice. Cuando nos comunicamos, sólo una pequeña parte de la información que obtenemos de esa persona procede de sus palabras. Los expertos afirman que entre el sesenta y el setenta por ciento de lo que comunicamos lo hacemos mediante el lenguaje no verbal; es decir a través de actitudes, gestos y expresiones.

Los adolescentes ven y sienten todo lo que pasa en la familia ya que lo viven. Ser transparentes y auténticos es necesario para liderar nuestras vidas y liderar a nuestros hij@s adolescentes. Si nos sentimos mal o hay un problema en la familia, es mejor explicarles lo que está pasando con palabras sencillas que ocultar o fingir situaciones. El resultado de esto será peor; desconfianza y/o imaginar cosas peores a las que realmente ocurren.

Muchas veces caemos en el error de justificar conductas o comportamientos no adecuados de nuestra pareja. O, peor aún, contarles cosas negativas de nuestra pareja a nuestros hij@s para desahogarnos. Somos humanos y todos nos equivocamos, lo importante es ser conscientes de lo que hacemos y decimos, y pedir perdón.  No tenemos que tener miedo a pedir perdón, ya que les damos ejemplo de que cuando nos equivocamos tenemos la oportunidad de reflexionar sobre lo sucedido y aprender de ello.

Nuestras conductas deberían ser coherentes,  y estar alineadas con lo que sentimos y decimos. Nuestros hij@s están ávidos por aprender y hemos de ser muy conscientes de lo que les estamos enseñando con nuestros pensamientos, conductas y decisiones. 

La educación es una transmisión de valores por eso debemos enfocarnos en lo positivo en lugar de en lo negativo.  Como líderes de familia tenemos el compromiso de dar ejemplo a nuestros hij@s en valores tan importantes como el respeto, la honestidad, la responsabilidad y la humildad.  Y transmitirles sentimientos elevados como el amor, la pasión y la alegría de vivir. Si nos enfocados en lo negativo; la crítica, el miedo o la ira, eso es lo que les vamos a transmitir.

La programación neurolingüística, nos habla de que cada uno tenemos diferentes formas de ver la vida y creamos diferentes mapas de la realidad. Pero el mapa nos es el territorio y nuestras limitaciones están en el mapa. Nosotros creamos nuestros mapas y nuestras realidades. Si no sentimos mal es que nuestro mapa de la realidad se ha quedado obsoleto y debemos cambiarlo, actualizarlo, necesitamos un cambio.

Si fuera así, hay muchos profesionales que pueden ayudarnos a  sentirnos bien y a crecer como personas: coaches, psicólogos, terapeutas y terapias de diferentes disciplinas. También todo tipo de métodos para relajarse y conectar cuerpo/mente como: yoga, meditación, chi kung…Y una gran variedad de ofertas de talleres y formaciones de todo tipo para el desarrollo del ser humano.

El enfocarnos en lo positivo no quita que por supuesto tengamos momentos, días, semanas o años difíciles, en los cuales nos sintamos tristes o negativos. Lo importante, es como nos recuperamos, y dónde estamos más tiempo en el amor o en el miedo. Creando, o destruyendo. Liderando, o tomando el rol de víctimas. Además, puede ser una buena ocasión para reflexionar sobre que valores no están presentes en nuestras vidas y que tenemos que cambiar para que lo estén.

Práctica cuatro

Sé un ejemplo para tu hijo

 Lee este cuento y reflexiona sobre la pregunta que hay al final.

Un viejo cuento Cherokee de los Dos Lobos

Una tarde un indio viejo Cherokee le contó a su nieto sobre la batalla que ocurre dentro de las personas.

Él dijo: “hijo mío, dentro de todos nosotros la batalla es entre dos “lobos”. Uno es perverso. Es rabia, envidia, celosía, pena, arrepentimiento, codicia, arrogancia, auto-pena, resentimiento, inferioridad,  mentiras, falso orgullo, superioridad, y ego. El otro es bueno. Es dicha, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, gentileza, benevolencia, empatía, generosidad, verdad, compasión y confianza.”

El nieto lo pensó por un minuto y le preguntó al abuelo: “Cuál lobo gana?”

El viejo  Cherokee simplemente contesto, “El que tu alimentes.”

 ¿Qué parte es la que estás «alimentado» en la relación con tu hij@ adolescente?